Como surgió el Calendario
Los pueblos de la antigüedad medían los años mediante calendarios lunares. Los
babilonios, altamente preocupados por la Astronomía y las Matemáticas tenían un
calendario basado en observaciones lunares. El concepto de mes a partir de las
fases lunares lleva implícita la observación constante de fenómenos que no son
en absoluto regulares. La duración de una lunación es variable y está
comprendida entre 29 días 6 horas y 29 días 20 horas, siendo el mes lunar medio
de 29 días 20 horas 44 minutos 2 segundos. Un calendario con meses de 29 y 30
días se ajusta bastante bien a los ciclos de la Luna. Habría que añadir 1 día a
1 mes de 29 días cada 30 meses. A pesar de la dificultad de ajuste mediante la
Luna, los calendarios solares se complican todavía más. No obstante este era el
que empleaban los egipcios, aunque parece ser que en épocas más antiguas si
hacían uso de un calendario lunar.
El pueblo egipcio era un pueblo esencialmente agrícola, muy pendiente de la
inundación anual del Nilo. El origen del calendario no fue astronómico sino
agrícola. Mientras otros pueblos, como el babilónico, se interesaron por la
observación astronómica, fijando la duración de un año según los astros, el
pueblo egipcio lo hizo fijándola según la inundación, su fuente de vida.
El calendario egipcio constaba de 365 días divididos en 12 meses de 30 días cada
uno, a los que añadían cinco más, conocidos como epagómenos. Estos 5 días, en
egipcio "heru repenet (Hrw rpnt)" eran los dedicados a los nacimientos de
Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis, por ser los días en los que la diosa Nut
pudo dar a luz a sus hijos, después de la maldición de Ra y que ya aparecen
atestiguados en el Reino Antiguo, tanto en inscripciones de tumbas como en los
Textos de las Pirámides.
Los meses se agrupaban en estaciones, cada una de las cuales constaba de 4
meses, de 3 semanas de 10 días cada uno.
Estas semanas denominadas décadas (tp-ra-mD) eran llamadas primera, mediana y
última.
Las estaciones eran:
- La estación de la inundación (Ajet) - Junio a Septiembre
- el invierno o germinación (Peret) - Octubre a Enero
- y el verano o calor (Shemu) - Febrero a Mayo también conocida como estación de
la deficiencia por la falta de agua en el Nilo.
Estación |
Meses |
Nombre Egipcio |
Inundación |
Junio a Septiembre |
Ajet |
Germinación |
Octubre a Enero |
Peret |
Cosecha |
Febrero a Mayo |
Shemu |
Los egipcios no empleaban el nombre de los
meses en sus escritos, sino que solían usar el número de mes: "Día 7 del tercer
mes de la inundación" por ejemplo, en lugar de "día 7 de Athyr". Los 4 meses de
cada una de las estaciones, en su versión griega eran:
Ajet (Axt) o inundación: Meses: Thot, Faofi, Athyr , Joiak
Peret (prt) o germinación (invierno): . Meses: Tybi, Meshir, Famenoth, Farmuthi,
Shemu (Smw) o cosecha (verano): Meses: Pajon, Paini, Epifi, Mesore.
A estos meses se les añadían, tras
el último día de Mesore, los 5 días epagómenos. Comenzaba con el amanecer
helíaco de Sotis. Sotis fue el nombre dado a la estrella Sirio. Así el año
empezaba cuando Sirio aparecía por el horizonte en el momento de la salida del
sol. Este fenómeno, conocido como salida helíaca de Sotis, se producía en torno
al inicio de la inundación anual, y equivale aproximadamente, en la latitud de
Menfis, al 19 de julio del año juliano o en torno al 20 de junio de nuestro
calendario. Ahora bien si tenemos en cuenta el año egipcio de 365 días frente al
juliano de 365.25 días se produce un error de 1 día cada 4 años, es decir el
principio del año oficial se retrasaba un día cada 4 años. El año sótico, o año
alejandrino, no coincide con el solar exactamente, sino que es algunos minutos
mayor, por lo que un periodo sótico tenía 1460 años sóticos y 1461 civiles o
imprecisos. Este es un error importante, al cabo de 400 años el inicio oficial y
el solar estarían desviados 100 días y sólo cada 1461 años coincidirían ambos
principios de año. Lógicamente los egipcios observaron este desplazamiento que
provocaba que el verano comenzase a mitad de la estación Peret (invierno). Y
aquí es donde surgía el problema agrícola. Los egipcios, o al menos los
sacerdotes, conocían esta desviación perfectamente, ya que no es difícil
observarla, y se puede ajustar con mayor precisión cuanto mayor es el tiempo de
observación. Pero el calendario civil no se corregía, sino que acumulaba el
error. En el reverso del papiro médico Ebers aparece un calendario en el que se
aprecia claramente el registro del desfase entre el año civil y el astronómico y
se sitúa el inicio del año en el mes tres de la estación de shemu frente al
primer mes de la estación ajet.
Si pensamos que la fecha de la inundación era el acontecimiento más importante
del año, era necesario calcular y hacer saber a los encargados de las labores
agrícolas en qué momento se produciría, puesto que empleando el calendario civil
habría años en los que el día de la inundación caería en plena estación de la
cosecha. Es posiblemente en este punto donde los sacerdotes utilizaban su poder.
Eran ellos quienes calculaban, a través de un calendario religioso, basado en
observaciones astronómicas, las fechas religiosas y principalmente la de la
inundación. ¿Por qué entonces no cambiaron el calendario civil, ajustándolo a
365.25? La respuesta se encuentra, quizás, en el poder que les otorgaba la
necesidad de calcular no sólo la fecha de la inundación sino también ciertas
festividades religiosas. Una modificación al calendario civil supondría esa
perdida de "poder". Era un secreto que el pueblo no debía conocer.
El resultado inmediato del uso de este calendario religioso es que algunas
fiestas se celebraban el mismo día del mismo mes y otras se desplazaban
anualmente. En la estela de Tanis, escrita en jeroglífico, demótico y griego, y
hallada por Lepsius en 1866 se dice:
"Si sucede que la fiesta de elevación de Sirio cambia a otro día tras cuatro
años, entonces el día de la fiesta de Bastet no se cambiará, sino que se
celebrará el primer día del segundo mes de la estación de la cosecha"
En el año 238 a.C., durante el reinado de Ptolomeo III, el decreto de Canopus
impuso el llamado calendario alejandrino que establecía un sexto día epagómeno
cada 4 años. A esta época pertenece el texto de Diodoro, quien en su libro I
dice: "Los meses y los años egipcios se organizan de forma especial. Los días no
responden a los movimientos lunares sino del sol; los egipcios cuentan los meses
de 30 días, y después del duodécimo añaden cinco días y un cuarto, y de este
modo realizan la revolución del año".
Más tarde Julio Cesar, en el 45 a.C, por sugerencia de Sosísgenes de Alejandría,
transformó la duración del año en 365.25 días. Pero a pesar de todas estas
imposiciones extranjeras, los egipcios siguieron reacios a modificar su
calendario civil, y no fue hasta el año 8 a.C., por imposición del emperador
Augusto, que tuvieron que adoptarlo de forma oficial. Esto nos da un clara idea
de la reticencia de los sacerdotes a "publicar" sus secretos.
Inicio del Calendario
El astrónomo Theon de Alejandría, partiendo del amanecer helíaco de Sotis del
año 139 juliano, producido el día 1 del mes de Thot, dedujo que el día 1 del mes
de Thot de los años 1321, 2781 y 4241 a.C. también se produjo el fenómeno. Este
cálculo es el que se ha empleado para intentar determinar el inicio del
calendario. Si suponemos, como parece lógico, que el calendario debió nacer un
año en el que coincidiesen las fechas, debió ser uno de estos. El año 1322 es
demasiado cercano. En los "Los textos de las Pirámides" tenemos constancia de la
existencia del calendario. Si consideramos que los Textos de las Pirámides son
anteriores al 2781 a.C., según la cronología que sigamos, entonces tampoco nos
valdría esa fecha, y esta lógica es la que lleva a muchos autores a "aceptar" el
4241 como el año de inicio del calendario, aunque es cierto que la fecha parece
demasiado lejana como para ser verdadera y es por muchos autores inadmisible.
Hemos de tener en cuenta que toda esta teoría se basa en el supuesto de que el
calendario tuvo que comenzar uno de estos años y se llega a ella por eliminación
de las anteriores y sobre todo se está considerando que Los Textos de las
Pirámides son anteriores al 2781. Si seguimos la cronología más aceptada
actualmente deberíamos situar la primera manifestación de estos textos (pirámide
de Unis) en torno al año 2350 a.C., por lo que la fecha del 2781 a.C. podría ser
bastante acertada y parece la más lógica.
Sabemos que en el año 7 del reinado de Sesostris III (XII dinastía), la salida
helíaca de Sotis se produjo el día 16 del mes 8º , lo cual supone un retraso de
225 días respecto al calendario astronómico. Esto nos permite deducir que al
menos durante 900 años (225 de retraso por 4) se había empleado el calendario
oficial. De la misma forma, sabiendo que durante el reinado de Amenhotep I (XVIII
dinastía), el año 9, el amanecer helíaco de Sotis se produjo el día 9 del mes 11
(308 días de retraso) deducimos que el calendario civil se empleo al menos
durante 1232 años atrás. Según estos datos obtenemos unas fechas de inicio de
reinado en el año 1888 a.C. para Sesostris III y 1558 para Amenhotep I. En ambos
casos podemos deducir que el calendario de 365 días ya se empleaba en torno al
2800 a.C. Como vemos la arqueoastronomía es fundamental, junto con las fuentes
registradas, para obtener cronologías precisas de los reinados.
Representación de las fechas
Los jeroglíficos empleados en la escritura de las fechas eran los siguientes:
|
Día |
|
Mes |
|
Año |
|
Estación de la inundación (Ajet) |
|
Invierno (Peret) |
|
Verano (Shemu) |
En los textos se escribía primero el
símbolo correspondiente al año, mes, estación o día y luego el número cardinal:
La medición del tiempo
Cada día se dividía en 24 intervalos, que equivalían a las 24 horas, y más
comúnmente ). El día, considerando por día el tiempo de luz natural, se dividía
en 12 partes iguales, y la noche en otras 12. Lógicamente las horas diurnas eran
de duración diferente a las nocturnas y además cada intervalo diurno y nocturno
variaba según la época del año. Las horas diurnas eran de mayor duración durante
el verano que durante el invierno. Existía además una palabra "at" que podía
designar el concepto de "instante". No existía una duración definida para el
término, aunque en algunos textos se ha traducido este símbolo por minuto
erróneamente, o al menos no debe entenderse como 1/60 de una hora. Cada hora
diurna y nocturna tenía un nombre, pero a efectos religiosos parece que sólo as
12 horas nocturnas reflejaban las 12 regiones del Duat, las regiones que
atravesaba la barca solar en su viaje nocturno por el "mundo del Más Allá".
La medición se realizaba, fundamentalmente, mediante el uso de relojes de sol o
gnomos en las horas de luz natural y con listas de posiciones estelares durante
la noche. Además se empleaba la clepsidra, un gran vaso de piedra en cuyo
interior se grababan unas marcas que reflejaban una escala horaria. Solían estar
decorados exteriormente con escenas que representaban a diferentes divinidades.
En el vaso, que se llenaba con agua, se hacían perforaciones de diferentes
diámetros, de manera que el agua pudiese escapar con mayor o menor caudal
dependiendo de las horas que se quisiesen regular. No se sabe que antigüedad
tiene la clepsidra, aunque tenemos constancia que durante el Reino Nuevo ya se
empleaban. Durante el reinado de Amenhotep I (XVIII dinastía) un personaje
llamado Amenemes inventó "para gloria del faraón" una clepsidra que funcionaba
con un único agujero, según se refleja en una inscripción.
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